martes, 21 de enero de 2014

Individualismo y la actitud Starbucks

No puedo evitar pensar en lo fácil que era conducirse por el mundo hace unos siglos, sí, las dificultades que se tenían para afrontar la vida eran mucho mayores, pero en lo que concierne a la moralidad, ya estaba la iglesia para decidir por uno lo que era malo o bueno ¿y si te pasabas? Bueno, digamos que el perdón era igual de fácil de encontrar, iba uno al confesionario, se confesaba y el cura de turno era el encargado de medir la gravedad de los hechos y de administrar la pena, que no solía pasar de unos cuantos padres nuestros y algún ave maría. Sin embargo, en los tiempos que nos toca vivir la Iglesia ha quedado relegada a un papel secundario, ahora las cosas que están mal son más complicadas de detectar, no hay diez mandamientos que seguir, ni se puede acudir al cura en confesión para preguntarle nuestras dudas, ahora en función de nuestra cultura y del conocimiento que tengamos del mundo percibimos lo que es bueno o es malo, pero ¿Qué ocurre cuando hacemos algo malo? ¿Qué hacemos cuando percibimos la inadecuación de nuestros actos? Acallamos la conciencia con algún pequeño detalle, así nos damos por perdonados. Consumimos como locos pero reciclamos los envases, nuestras duchas duran horas y llenamos piscinas familiares en veranos pero cerramos el grifo al lavarnos los dientes. En muchas ocasiones nos lo ponen mucho más fácil, consumimos habitualmente café de explotaciones en las que los agricultores malviven para una multinacional, pero nos vamos a un starbucks donde coffee eco friendly, eso nos llega para salir tan contentos de allí. Qué más dará que el empleado que nos da el café cobre poco más que el salario mínimo; que más dará que los vasos que nos dan sean de usar y tirar ¡Si ésta gente seguro que recicla! Además voto al partido animalista porque me dan pena los animalitos monos aunque el huevo frito que me cenaré lo ha puesto una gallina en una jaula que apenas tiene espacio para mover la cabeza
Por otro lado tenemos gente más coherente a la hora de actuar, que se hace vegetariana, consume menos y se preocupa por saber lo que rodea al producto que compra. Personas que viven tan felices en su casa en el campo pensando que la culpa es de los que no hacen lo mismo que ellos. Y mientras todos acallan su conciencia, mientras todos delegan la culpa en el de al lado, las cosas que van mal en el mundo siguen yendo mal.

Tomemos un país democrático en el que las cosas van mal; mala situación económica, corrupción, etc. así que votamos a un partido diferente al mayoritario que ha buscado la ruina de todos y ya está, con eso nos damos por perdonados. En realidad se trata de un acto individual que no conduce a nada puesto que si no se da un cambio social no se producirá cambio alguno. Seguro que alguno te dice que está muy bien eso de dar ejemplo, muy bien, está muy bien eso de predicar con el ejemplo, si no se predica el porqué del ejemplo este no deja de ser una anécdota, una rareza, una curiosidad.

Vivimos en sociedades cada vez más interconectadas y grandes, sin embargo las sociedad occidentales tienen la visión más individualista de todo la historia.

Cada individuo tiene una percepción del mundo parcial que cree que es la verdad que lo rige. Lo único que interesa es lo que le toca a uno y lo único en lo que se piensa es lo que a uno le toca y se repiensa uno mismo sobre la base de su propio ser para no llegar a ningún lado. Para luego salir a la calle y llevarse una bofetada ya que se da la paradoja de que las estructuras sociales que se han desarrollado en estas sociedades tratan a todos los individuos de la misma forma, existen protocolos de actuación, pero el trato personalizado es algo que sólo se les permite a los ricos, así se da una gran contradicción y por ello se tiende a la homogeneización. De esta forma tenemos un montón de individuos pensando que su realidad es la única y lo más importante mientras que el trato con las superestructuras sociales es relativamente sencillo porque a pesar de ser estandarizado todos son similares.

Todas las personas entran en esta dinámica individualista y actúan desde estos cánones culturales, intentando solucionar problemas que atañen a una sociedad con actos individuales cuando sólo pensando como una colectividad se pueden conseguir los cambios que se precisan.

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